COMO RECONOCERLO (II)
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COMO RECONOCERLO (II)
En cuanto a los Escorpiones nocturnos, es posible que ya alguno de ellos te haya picado. La antigua astrología se refiere a ellos como serpientes. No es difícil adivinar a que categoría pertenecen los que conozcas. También hay algunos plutonianos que se quedan a mitad de camino entre el Águila y el Escorpión, victimas de su propia magia negra: son las Lagartijas Grises. En ellas, el supremo sacrificio de si se convierte en preocupación neurótica por si mismas, y las dotes psíquicas se vuelven temerosa aprensión de males que acechan, dispuestos a golpear en cualquier momento. El orgulloso valor se retuerce sobre si mismo y, en vez de buscar la venganza implacable del Escorpión que pica o de elevarse por encima de tales amarguras, como las Águilas, se retraen amargamente en una maraña de odio ante cualquier minucia, esperando que el destino castigue a sus enemigos, en un deseo casi inconsciente de destrucción sin acción directa.
Las Lagartijas Grises no saben aprovechar el poder plutoniano que hay en su naturaleza, ese poder que podría elevarlas por encima de las desgraciadas circunstancias que las rodean. A despecho de la tragedia, esa tremenda fuerza interior podría darles una vida nueva, a la luz del sol, pero ellas buscan las oscuras sombras y allí se adormecen, dilapidando patéticamente el brillante potencial que les corresponde por herencia. Así y todo, Escorpio jamás se hundirá tan profundamente en el fango de la depresión como para perder completamente el poder de Plutón. Nunca es demasiado tarde para que la Lagartija Gris se transforme en Águila. Ese tipo de magia profunda es exclusivo de todos los que han nacido bajo el signo solar de Escorpio. Lo único que tienen que hacer es utilizarla.
Las Águilas típicas no conocen el miedo. En la batalla, conducen a sus hombres al borde mismo de la muerte, sin un estremecimiento. Incluso el plutoniano típico, hombre o mujer, enfrenta con valentía cualquier cosa, desde el dolor físico y la pobreza hasta el fracaso y el ridículo, con orgulloso desdén y absoluta confianza en su capacidad interior para superar todos los golpes.
Escorpio muestra intensa lealtad a los amigos. “Mayor amor no se conoce, que el del hombre que da la vida por sus amigos”. Entre los Escorpiones hay quienes literalmente lo hacen, por los amigos, la familia o los seres amados, ya sea en el campo de batalla o en una crisis civil. El soldado Escorpio salta instantáneamente, por instinto, a desafiar las balas y poner a salvo al camarada herido. El bombero da su vida para rescatar a un niño de un edificio en llamas. A veces, la gente de Plutón da la impresión de buscar inconscientemente la violencia, como un deliberado desafío a sus fuerzas.
Escorpio jamás se olvida de un gesto noble o una bondad, que es recompensada con liberalidad. Igualmente recuerda las heridas y las injusticias sufridas, pero hay diferentes maneras de reaccionar. El Águila se abatirá sobre el enemigo para que éste aprenda a no volver a atacarla, le ganará la pelea y dejará que el derrotado siga su camino. El mortífero Escorpión nocturno picará primero y, después de haber meditado la destrucción, volverá a picar. Él no se conforma con igualar puntos, simplemente; debe destruir totalmente al enemigo o superarle por lo menos. El Escorpión típico, que pica, se pasará las noches en vela calculando su venganza. Si el vecino le raya intencionadamente el guardabarros, al día siguiente él le rayará los dos, y hasta es posible que le estropee con su coche el seto recién podado, para completar. Es raro que este tipo de Escorpiones se conformen con obligar al enemigo a que meta el pie derecho en el zapato izquierdo, para que aprenda; se lo pegan con cemento. Sin embargo, en el caso de las Lagartijas Grises la venganza de Plutón asume la forma de una amargura que se cultiva por dentro durante años y que inevitablemente es causa de profunda melancolía e incluso de verdaderas y prolongadas enfermedades físicas. Cuando se vuelve hacia adentro y nunca se expresa, el ardiente resentimiento de Escorpión envenena con una seguridad fatal. Si se vuelve hacia afuera, puede crear culpa, porque los Escorpiones que pican se avergüenzan de hacer daño a los indefensos, cuando la cosa ya está hecha. Por lo tanto, el resentimiento no debe volverse hacia ninguna parte, ni hacia afuera ni hacia adentro. Debe ser superado con la mirada puesta en lo alto, como el Águila; jamás recordando con ira y cavilando el desquite.
La imagen de la salud de Escorpio es típica de su naturaleza: puede destruir su cuerpo con excesos, melancolía o esfuerzos, pero también puede reconstruirse después de una enfermedad crítica, tal es la fuerza de Plutón. Es raro que Escorpio caiga enfermo, pero cuando sucede, por lo general es grave. La mejor cura es un largo descanso y un cambio de actitud que sustituya el resentimiento quemante por una pacifica aceptación. No pueden dejar las cosas en paz, y por supuesto que ellos saben más que el médico y que todas las enfermeras. Los puntos más vulnerables ante las infecciones y accidentes son los órganos reproductores, la nariz, la garganta, el corazón, columna vertebral y espalda, el sistema circulatorio, las piernas y los tobillos. Son habituales las venas varicosas y los accidentes deportivos. Escorpio debe evitar el fuego, los explosivos, las emanaciones nocivas y la radiación. Claro que se les encuentra muy frecuentemente en trabajos que juegan con el peligro, precisamente en las líneas señaladas. A veces tienen hemorragias nasales crónicas o, por algún motivo u otro, necesitan intervenciones quirúrgicas en la nariz.
A Escorpio le interesa profundamente la religión, siente intensa curiosidad por todas las fases de la vida y de la muerte, se apasiona por el sexo y esta movido por un violento deseo de reforma. Pero es también heroico, apegado a los vínculos de la familia y del amor, y un tierno protector de los niños y de los débiles. Puede ser santo o pecador. Es capaz de experimentar con los más oscuros misterios que haya de este lado del infierno o de vilipendiar severamente el pecado y la decadencia. No importa que su tribuna sea un pulpito, una reunión de directorio o un escenario: su hipnótico atractivo se apodera del auditorio y consigue literalmente transfigurarlo. Es realmente algo que asusta. Incluso si Escorpio deja que temporalmente la amargura, la bebida o la melancolía le arrastren a los barrios bajos, puedes apostar tu antiguo ejemplar del Infierno de Dante a que los demás fracasados le abrirán paso cuando le vean venir.
Con todo lo que él considera suyo, incluso el éxito, es orgullosamente posesivo, pero su ambición nunca es obvia. El Escorpión espera silenciosamente la oportunidad de avanzar, mientras permanece en su lugar aunque sepa que tiene condiciones para ocupar el puesto superior. Va ganando control con lentitud, pero con seguridad. Escorpio puede hacer casi cualquier cosa que se proponga. Si realmente quiere algo, ese algo, decididamente, ya no es un sueño. El mágico poder de Plutón, oscuro y misterioso, convierte en realidad los deseos con su decisión fría, cuidadosa, firme.
Aunque un deseo morboso de conocer los peores aspectos de la humanidad enferma y depravada puede crear una Lagartija Gris que chapotea en la crueldad y las drogas, Escorpio también puede elegir como senda de su vida la medicina, donde se siente profundamente fascinado por tratamientos drásticos que tienen el mismo valor simbólico. Es cierto que muchos de los cirujanos a quienes se tacha de sádicos son Escorpio, pero también lo son muchos de los médicos más valiosos del mundo entero, a quienes Plutón mueve a curar mentes y cuerpos, diagnosticando y tratando las enfermedades con su conocimiento extraño e inescrutable. Escorpio nace con el conocimiento de los secretos de la vida y de la muerte, y con la capacidad de dominar a ambas, si eso es lo que quiere. Pero la astrología le advierte constantemente que “debe saber que sabe”. Los antiguos misterios fascinan su mentalidad brillante. De su poderosa empatía con la naturaleza humana surgen el detective brillante, el compositor de grandes obras musicales, la literatura profunda y perdurable o el actor que se proyecta en su trabajo con excepcional intensidad dramática. A veces vive solo, junto al mar, fuerte y silencioso como las mareas. En otras ocasiones enfrenta al público, con una máscara de serena reserva y dominio de sí, que oculta su intenso deseo de ganar. Es posible que sea político o estrella de la televisión, empresario de pompas fúnebres o encargado de un bar, pero de todas maneras conseguirá superar a sus competidores, y lo hará con tan poco esfuerzo que parecerá mas bien un acto del destino que obra de su poderosa voluntad.
Una de las normas astrológicas mas extrañas es la muerte de alguien en la familia en el término de un año antes o de un año después del nacimiento de un Escorpio. Y cuando un Escorpio muere, en la familia habrá un nacimiento dentro del año que precede o que sigue a la muerte. Sucede por lo menos el noventa y cinco por ciento de las veces. El símbolo de Plutón es el fénix triunfante que se eleva de entre sus propias cenizas ardientes, y Escorpión personifica la resurrección de entre los muertos. Tanto las Lagartijas Grises como los mordaces Escorpiones pueden convertirse en Águilas orgullosas sin revelar jamás el secreto de su hechicería. De nada sirve preguntar, porque Escorpión jamás lo contará, aunque conoce la verdad eterna del círculo contenido en el cero simbólico.
El cardo de noviembre es peligroso, pero crece entretejido con la densa y lánguida belleza de la madreselva de Escorpio. ¿Alguna vez inhalaste su fragancia dulce y abrumadora, en la quietud de una noche de verano? Entonces sabrás por que hay quienes desafían al cardo para alcanzar la suavidad de Escorpio... su exquisita suavidad. La pasión explosiva de Plutón tiene el rojo intenso, oscuro y vinoso de los hematites. Pero el acero de Escorpio se templa en un crisol de calor intolerable, hasta que emerge ya frío, con una tersura de satén, y con la fuerza suficiente para controlar los nueve fuegos espirituales de la sabiduría de Escorpio.
Las Lagartijas Grises no saben aprovechar el poder plutoniano que hay en su naturaleza, ese poder que podría elevarlas por encima de las desgraciadas circunstancias que las rodean. A despecho de la tragedia, esa tremenda fuerza interior podría darles una vida nueva, a la luz del sol, pero ellas buscan las oscuras sombras y allí se adormecen, dilapidando patéticamente el brillante potencial que les corresponde por herencia. Así y todo, Escorpio jamás se hundirá tan profundamente en el fango de la depresión como para perder completamente el poder de Plutón. Nunca es demasiado tarde para que la Lagartija Gris se transforme en Águila. Ese tipo de magia profunda es exclusivo de todos los que han nacido bajo el signo solar de Escorpio. Lo único que tienen que hacer es utilizarla.
Las Águilas típicas no conocen el miedo. En la batalla, conducen a sus hombres al borde mismo de la muerte, sin un estremecimiento. Incluso el plutoniano típico, hombre o mujer, enfrenta con valentía cualquier cosa, desde el dolor físico y la pobreza hasta el fracaso y el ridículo, con orgulloso desdén y absoluta confianza en su capacidad interior para superar todos los golpes.
Escorpio muestra intensa lealtad a los amigos. “Mayor amor no se conoce, que el del hombre que da la vida por sus amigos”. Entre los Escorpiones hay quienes literalmente lo hacen, por los amigos, la familia o los seres amados, ya sea en el campo de batalla o en una crisis civil. El soldado Escorpio salta instantáneamente, por instinto, a desafiar las balas y poner a salvo al camarada herido. El bombero da su vida para rescatar a un niño de un edificio en llamas. A veces, la gente de Plutón da la impresión de buscar inconscientemente la violencia, como un deliberado desafío a sus fuerzas.
Escorpio jamás se olvida de un gesto noble o una bondad, que es recompensada con liberalidad. Igualmente recuerda las heridas y las injusticias sufridas, pero hay diferentes maneras de reaccionar. El Águila se abatirá sobre el enemigo para que éste aprenda a no volver a atacarla, le ganará la pelea y dejará que el derrotado siga su camino. El mortífero Escorpión nocturno picará primero y, después de haber meditado la destrucción, volverá a picar. Él no se conforma con igualar puntos, simplemente; debe destruir totalmente al enemigo o superarle por lo menos. El Escorpión típico, que pica, se pasará las noches en vela calculando su venganza. Si el vecino le raya intencionadamente el guardabarros, al día siguiente él le rayará los dos, y hasta es posible que le estropee con su coche el seto recién podado, para completar. Es raro que este tipo de Escorpiones se conformen con obligar al enemigo a que meta el pie derecho en el zapato izquierdo, para que aprenda; se lo pegan con cemento. Sin embargo, en el caso de las Lagartijas Grises la venganza de Plutón asume la forma de una amargura que se cultiva por dentro durante años y que inevitablemente es causa de profunda melancolía e incluso de verdaderas y prolongadas enfermedades físicas. Cuando se vuelve hacia adentro y nunca se expresa, el ardiente resentimiento de Escorpión envenena con una seguridad fatal. Si se vuelve hacia afuera, puede crear culpa, porque los Escorpiones que pican se avergüenzan de hacer daño a los indefensos, cuando la cosa ya está hecha. Por lo tanto, el resentimiento no debe volverse hacia ninguna parte, ni hacia afuera ni hacia adentro. Debe ser superado con la mirada puesta en lo alto, como el Águila; jamás recordando con ira y cavilando el desquite.
La imagen de la salud de Escorpio es típica de su naturaleza: puede destruir su cuerpo con excesos, melancolía o esfuerzos, pero también puede reconstruirse después de una enfermedad crítica, tal es la fuerza de Plutón. Es raro que Escorpio caiga enfermo, pero cuando sucede, por lo general es grave. La mejor cura es un largo descanso y un cambio de actitud que sustituya el resentimiento quemante por una pacifica aceptación. No pueden dejar las cosas en paz, y por supuesto que ellos saben más que el médico y que todas las enfermeras. Los puntos más vulnerables ante las infecciones y accidentes son los órganos reproductores, la nariz, la garganta, el corazón, columna vertebral y espalda, el sistema circulatorio, las piernas y los tobillos. Son habituales las venas varicosas y los accidentes deportivos. Escorpio debe evitar el fuego, los explosivos, las emanaciones nocivas y la radiación. Claro que se les encuentra muy frecuentemente en trabajos que juegan con el peligro, precisamente en las líneas señaladas. A veces tienen hemorragias nasales crónicas o, por algún motivo u otro, necesitan intervenciones quirúrgicas en la nariz.
A Escorpio le interesa profundamente la religión, siente intensa curiosidad por todas las fases de la vida y de la muerte, se apasiona por el sexo y esta movido por un violento deseo de reforma. Pero es también heroico, apegado a los vínculos de la familia y del amor, y un tierno protector de los niños y de los débiles. Puede ser santo o pecador. Es capaz de experimentar con los más oscuros misterios que haya de este lado del infierno o de vilipendiar severamente el pecado y la decadencia. No importa que su tribuna sea un pulpito, una reunión de directorio o un escenario: su hipnótico atractivo se apodera del auditorio y consigue literalmente transfigurarlo. Es realmente algo que asusta. Incluso si Escorpio deja que temporalmente la amargura, la bebida o la melancolía le arrastren a los barrios bajos, puedes apostar tu antiguo ejemplar del Infierno de Dante a que los demás fracasados le abrirán paso cuando le vean venir.
Con todo lo que él considera suyo, incluso el éxito, es orgullosamente posesivo, pero su ambición nunca es obvia. El Escorpión espera silenciosamente la oportunidad de avanzar, mientras permanece en su lugar aunque sepa que tiene condiciones para ocupar el puesto superior. Va ganando control con lentitud, pero con seguridad. Escorpio puede hacer casi cualquier cosa que se proponga. Si realmente quiere algo, ese algo, decididamente, ya no es un sueño. El mágico poder de Plutón, oscuro y misterioso, convierte en realidad los deseos con su decisión fría, cuidadosa, firme.
Aunque un deseo morboso de conocer los peores aspectos de la humanidad enferma y depravada puede crear una Lagartija Gris que chapotea en la crueldad y las drogas, Escorpio también puede elegir como senda de su vida la medicina, donde se siente profundamente fascinado por tratamientos drásticos que tienen el mismo valor simbólico. Es cierto que muchos de los cirujanos a quienes se tacha de sádicos son Escorpio, pero también lo son muchos de los médicos más valiosos del mundo entero, a quienes Plutón mueve a curar mentes y cuerpos, diagnosticando y tratando las enfermedades con su conocimiento extraño e inescrutable. Escorpio nace con el conocimiento de los secretos de la vida y de la muerte, y con la capacidad de dominar a ambas, si eso es lo que quiere. Pero la astrología le advierte constantemente que “debe saber que sabe”. Los antiguos misterios fascinan su mentalidad brillante. De su poderosa empatía con la naturaleza humana surgen el detective brillante, el compositor de grandes obras musicales, la literatura profunda y perdurable o el actor que se proyecta en su trabajo con excepcional intensidad dramática. A veces vive solo, junto al mar, fuerte y silencioso como las mareas. En otras ocasiones enfrenta al público, con una máscara de serena reserva y dominio de sí, que oculta su intenso deseo de ganar. Es posible que sea político o estrella de la televisión, empresario de pompas fúnebres o encargado de un bar, pero de todas maneras conseguirá superar a sus competidores, y lo hará con tan poco esfuerzo que parecerá mas bien un acto del destino que obra de su poderosa voluntad.
Una de las normas astrológicas mas extrañas es la muerte de alguien en la familia en el término de un año antes o de un año después del nacimiento de un Escorpio. Y cuando un Escorpio muere, en la familia habrá un nacimiento dentro del año que precede o que sigue a la muerte. Sucede por lo menos el noventa y cinco por ciento de las veces. El símbolo de Plutón es el fénix triunfante que se eleva de entre sus propias cenizas ardientes, y Escorpión personifica la resurrección de entre los muertos. Tanto las Lagartijas Grises como los mordaces Escorpiones pueden convertirse en Águilas orgullosas sin revelar jamás el secreto de su hechicería. De nada sirve preguntar, porque Escorpión jamás lo contará, aunque conoce la verdad eterna del círculo contenido en el cero simbólico.
El cardo de noviembre es peligroso, pero crece entretejido con la densa y lánguida belleza de la madreselva de Escorpio. ¿Alguna vez inhalaste su fragancia dulce y abrumadora, en la quietud de una noche de verano? Entonces sabrás por que hay quienes desafían al cardo para alcanzar la suavidad de Escorpio... su exquisita suavidad. La pasión explosiva de Plutón tiene el rojo intenso, oscuro y vinoso de los hematites. Pero el acero de Escorpio se templa en un crisol de calor intolerable, hasta que emerge ya frío, con una tersura de satén, y con la fuerza suficiente para controlar los nueve fuegos espirituales de la sabiduría de Escorpio.
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