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La mujer Sagitario (I)

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Mensaje  Saradia Vie Ago 28, 2009 11:45 am

-Entonces no importa
-hacia que lado marches -dijo el Gato.
-Siempre que llegue a alguna parte
-agregó Alicia como aclaración.
-Oh, seguro que llegarás -le tranquilizó el Gato-,
-con que marches el tiempo suficiente.

No siempre te dirá las cosas que a ti te gusta oír. La mayoría de las veces, hará que se te pongan los pelos de punta porque de ningún modo se muerde la lengua, pero de vez en cuando te dirá algo tan especial y esplendido que te darán ganas de ponerte a cantar.

Tal vez necesites un ejemplo. Escenarios: una cafetería. Tú acabas de reunir el valor necesario para decirle que la amas, pero antes de que hayas podido abrir la boca, te mira con sus enormes e inocentes ojos azules -o castaños, luminosos y directos- y te pregunta con curiosidad: “Dime, ¿cómo te sientes siendo tan bajo? ¿No te pone neurótico ni nada de eso?”. Mientras tú tragas saliva, en un viril intento de rehacerte, ella agrega: “Pero no te preocupes, que ha habido muchos hombres bajos, como Napoleón y Fiorello LaGuardia”. Eso es casi agregar el insulto a la ofensa, pero antes de que hayas tenido tiempo de marcharte, pensando que no ha existido otra mujer que se mereciera más que la dejen plantada, ella susurra con voz dulce: “A mí me enferman los hombres que parecen postes de telégrafo. Tú eres perfecto. Esta noche, cuando veníamos caminando hacia aquí, me fije que tenemos la altura justa para andar juntos”.

Vuelve a sentarte, que te quedarás, y por mucho tiempo. Una muchacha Sagitario, amistosa y franca, acaba de adueñarse de tu corazón con su propio y peculiar encanto. Será siempre un poco demasiado franca, porque ve el mundo exactamente como es, por más que use esas ridículas gafas de cristales rosados. Tendrás que admitir que para ser capaz de eso hace falta talento. Cualquiera no es capaz de aplicar una lógica razonable y clara a todas las situaciones, ni mantener la bendita facultad de creer que las cosas irán mejor o, en todo caso, de aceptarlas tal como son.

Las mujeres Sagitario son la encarnación del optimismo. Te dolerá cuando ella te diga que le gustaría que ganaras algo más de dinero, pero después agregará: “Claro que demasiado dinero vuelve egoísta a la gente. Tal vez sea una suerte que seas pobre”. Admito que es una especie de optimismo forzado, pero ya te acostumbrarás. Una mujer Sagitario jamás te mentirá, aunque a veces desearás que lo haga. Si se te ocurre preguntarle como pasa las noches que no está contigo, te dará un informe perfectamente detallado y sincero de todas las cartas que le escribe a ese apuesto médico que conoció el verano pasado durante las vacaciones, y de las invitaciones telefónicas que rechaza. Hasta es posible que te cuente los problemas de insomnio que sufre cuando se queda despierta, a la noche, pensando si tal vez lo que siente por ti no será amistad en vez de amor. Te darán ganas de decirle a gritos que mienta un poco de vez en cuando. ¿Acaso no sabe que un hombre tiene su orgullo? Pero no grites demasiado, porque podría ofenderse, y ella tampoco es exactamente incombustible. Ya es sabido que Sagitario es capaz de cóleras memorables.

Es probable que viva sola. Las de este signo son muchachas muy independientes, y ambos sexos muestran una extraña indiferencia hacia los lazos familiares. Tal vez se debe a que al viajar tanto no están en casa con la frecuencia suficiente para llegar a conocer bien a la familia. Incluso si sólo van al cine y a casa de sus amigas, siempre están en movimiento. No quisiera asustarte, pero una vez conocí a una mujer Sagitario tan poco sensible a los matices de las relaciones familiares que invitó a un novio rechazado a que la acompañara en la luna de miel con su nuevo marido. El pobre parecía tan solitario, y además decía que él se pagaría sus gastos. ¿Por qué la miras de esa manera? ¿Acaso hizo algo malo?

Hay una cosa que tienes que aprender sin pérdida de tiempo, si quieres que tus relaciones marchen bien. Cuando quieras que ella haga algo, pídeselo, no se lo ordenes. En lo que a Sagitario se refiere, la técnica del hombre de las cavernas funcionaba bien para Tarzan y Jane. A ella le gusta que la protejan, pero no quiere que le den órdenes. Ni siquiera su madre lo consigue, y ¿qué podría hacerte a ti mas privilegiado que a su madre? Es posible que la madre sea Aries, y si una mujer marciana no puede imponerse a ella, no habrá hombre en el mundo capaz de conseguirlo. Sin embargo, su naturaleza es curiosamente retorcida; aunque le disguste que alguien se lo imponga, sobre todo en público, cuando quiera poner a prueba tu firmeza, muéstrate firme. Las mujeres jupiterianas no toleran a los hombres débiles e indecisos. Si se pone de ánimo demasiado vivo, y su punzante lengua llega a ser demasiado sarcástica, o si amenaza con una actitud cualquiera que realmente te exaspera, dale un toquecito del tratamiento de Tarzan, apenas lo necesario para mantenerla a raya. Algo del tipo de “Haces eso y te rompo el cuello”. Es posible que, si se convence de que la cosa va en serio, reaccione con una humildad sorprendente. Una mujer Sagitario no tiene la menor intención de renunciar a su individualidad por un hombre, pero le gusta saber que la consideras una mujer.

Es posible que te confunda, pero eso no es nada comparado con lo que ella misma se confunde. Son muchas las mujeres Sagitario que confunden amistad con amor y amor con amistad. Si tú eres uno de esos hombres chapados a la antigua, que gustan de la timidez y las evasivas en las mujeres, es mejor que te busques otra compañera de juego. Esta señorita es franca y directa con los hombres, y no estará dispuesta a entrar en el tonto juego de “¡Imagínate como me siento!” o “¡Imagínate lo que pienso!”. Lo que ella siente y lo que piensa no difiere lo mas mínimo de lo que hace y lo que dice. Su deslenguada franqueza provoca, naturalmente, malas interpretaciones, su buena cantidad de duras batallas, y ni hablemos de sentimientos heridos, pero no aplasta el espíritu de Sagitario. El orgullo de Júpiter aflora a la superficie para rescatarla en una crisis y le permite superar el dolor de su corazón destrozado como si fuera una broma. Por dentro, es posible que esté llorando, pero pondrá tanto ingenio para responder a las preguntas de los amigos sobre la ruptura que todos terminarán por decidir que para ella eso no había sido más que un flirteo sin consecuencias. Pocos se imaginarán como empapa la almohada noche tras noche, mientras se pregunta que pudo haber sido lo que ella dijo para estropearlo todo. Tal vez fuera esa vez que cuando él llamó cerca de medianoche desde el vestíbulo, le dijo que no subiera hasta su apartamento, porque estaba “hablando con un hombre que tenia muchos problemas”. En realidad, el hombre era su cuñado, pero ella, con la peculiar habilidad de Sagitario para omitir lo más importante del relato, se olvidó de decírselo. Además, ¿por qué tenia que dar explicaciones? (Todos los Sagitario se muestran virtuosamente enfurecidos cuando se pone en tela de juicio su integridad.) O podría haber sido cuando él le pregunto si no tenia inconveniente en que su hermanita pequeña les acompañara al cine y ella le salió diciendo: “Vaya, espero que eso no signifique que cuando nos casemos la tendremos todo el tiempo encima”. Es muy posible que la niña le hubiera gustado mucho, pero el natural temor de Sagitario a verse abrumado por los parientes políticos la llevó a dar esa respuesta tan desconsiderada. Ahora echa tanto de menos a la hermana como al hermano, pero es demasiado tarde para explicar lo que quiso decir, y además, nadie lo entendería.

Para ella, este tipo de callejones sin salida resultan insondables, pese a toda la lógica de sus procesos mentales, y con frecuencia llevan a las jóvenes de Júpiter a un romántico país de nunca jamás, en el que no saben donde puede encenderse inesperadamente el fuego, ni por que, además de que tienen miedo de quemarse cuando se encienda. Por eso Sagitario se muestra demasiado fría y tranquila, incapaz de tomar en serio a nadie, y a si misma menos que a nadie. Al flirtear abiertamente, y sin la menor intención de que la cosa se convierta en algo eterno o duradero, se ganan la reputación de mujeres frías y sin corazón. Un signo de fuego jamás es frío y sin corazón, pero claro está, por ahí andan un montón de hombres que no saben nada de astrología y que lo ignoran. Si semejante estado de cosas es causa finalmente de que se quede soltera, Sagitario no será sin duda alguna una solterona seca y amargada. Seguirá jugueteando y divirtiéndose con la vida; tendrá una docena de intereses que pueden llenar el lugar del hombre, y con cada uno de ellos disfrutará muchísimo.

Claro que a ti no te interesan las solteronas Sagitario; lo que piensas es hacer tu esposa de una muchacha de este signo. (Por lo menos, yo espero que tus intenciones sean honorables, porque esta pobre chica ya tiene bastantes problemas sin que tú te propongas seducirla.) Dejemos de ocuparnos de la promiscuidad, para pensar en el matrimonio. Como los Sagitarios varones, las Arqueras se espantan un poco ante el connubio, de modo que para que se deje ensartar (es decir, para que acepte tu propuesta de matrimonio) tendrás que valerte como cebo de algunas tretas coloridas e ingeniosas. En sus relaciones con los hombres, Sagitario es vivaz y anticonvencional; como se considera tu igual, es posible que, además de ponerse tu suéter, copie tu manera de ser. Si, como a muchas mujeres de su signo, le gustan los deportes y la vida al aire libre, es posible que te cueste un poco distinguirla de los muchachos. No es que sea lo mismo; para empezar, cuando lo usa ella, tu suéter parece otra cosa. No se trata de que las mujeres jupiterianas sean agresivamente masculinas por naturaleza; pueden ser lo mas dulce y femenino que hayas tenido en tus brazos. Simplemente, es que tiene tantos compañeros varones que te acostumbrarás a verla en una multitud, por todas partes, salvo en el baño turco y en el gimnasio. Como es tan absolutamente sincera y franca, muy probablemente le tendrá sin cuidado su reputación y desdeñará las hipocresías que impone la sociedad. Si le preguntas algo al respecto, te contestará sin ambages; es posible que te diga que volver a casa a medianoche no es inicio de promiscuidad más convincente de lo que puede serlo como signo de inocencia el volver a horas más convencionales. Ella sabe que su moral es irreprochable, y es lo único que importa. Naturalmente, se equivoca de medio a medio: lo que piensen los demás es muy importante para la reputación de una mujer. Pero intenta comprender su actitud, y no pienses que es veleidosa porque se ríe de algunos chistes, por lo general sin haberlos entendido ni remotamente (las sutilezas del doble sentido suelen escapársele a Sagitario). De modo que si se queda toda la noche levantada para ver salir el Sol desde lo alto de algún monumento (o de algún silo, si es que vivís en el campo) eso no significa que sea la chica mas loca de la ciudad.
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